lunes, octubre 02, 2006

La ciudad de lo efímero.


Desde tiempos remotos, nuestra ciudad se ha caracterizado por la brevedad en la duración de las cosas: restaurantes, almacenes y bares, han llegado a la ciudad entre bombos y platillos para desaparecer en ella o caer en el olvido. La razón por la que esto sucede es compleja, pero se puede considerar la falta de compromiso de nuestro pueblo como uno de los principales motivos. El cucuteño disfruta de la novedad desbordadamente, pero una vez el tiempo pasa, parece como si con él se fuera la iniciativa y la verraquera de todos. Es un fenómeno raro y odioso, pero innegable.

La ubicación geográfica puede ser en parte responsable de que esto suceda, debido a que la economía de la ciudad es muy sensible a los altibajos circunstanciales. Sin embargo, si se analizan con cuidado casos concretos, se puede ver que las razones no son tan sencillas. ¿Cuántos locales de la ciudad se han usado siempre para la misma actividad (sitios de rumba especialmente), pero se han visto en la obligación de cambiar el nombre y algunas veces hasta de dueño para no caer en el olvido? Este fenómeno nos demuestra que el cucuteño es “gomoso”, como se diría vulgarmente, que lo que le importa es la novedad y no la calidad, que en la ciudad todo lo nuevo se vende; en pocas palabras, que somos fáciles de embobar.

Es importante, para poder surgir como ciudad, que se cree un proyecto a largo plazo. Es increíble ver como todo llega a la ciudad y desaparece con el transcurrir de un par de días como si nunca hubiera existido. El mejor ejemplo es nuestro bienamado Cúcuta Deportivo, actualmente uno de los primeros equipos profesionales de Colombia, que estuvo en la B por casi una década durante la cual se contempló la posibilidad de cambiar de sede y hasta se creyó que iba a acabar el equipo debido a las vergonzosas asistencias al General Santander; si esto sucede con algo con lo que la gente está relativamente comprometida, ni pensar en lo que puede pasar con otras cosas.

Escribo acerca de este tema a manera de reto para que no permitamos que nuestros sueños no se cumplan por culpa de ese fenómeno que parece acabar con todo en Cúcuta. Es importante que los cucuteños tengamos un poco más de iniciativa y de voluntad, y que no dejemos que este deseo de hacer algo por la ciudad se caiga, y termine haciendo parte de la larga lista de proyectos que sólo figuran en la memoria de nuestros coterráneos.

El Faro.


9 comentarios:

Flórez dijo...

Pues es interesante ver la situacion de ese modo, pero asi mismo se hace necesario voltear la optica; el hecho de que cucuta pueda ser considerada una ciudad efimera como lo mencionan no es solo culpa de el consumidor cucuteño, el productor, administrador o lo que sea tiene la misma o mayor culpa.
No es solo pensar que no somos fieles a las opciones que nos ofrecen sino tambien es pensar que las opciones que nos ofrecen no se plantean dentro de sus propios objetivos unas metas de renovacion que perpetuen las propuestas.
De igual modo me parece que es un problema que se debe tener en cuenta, sobre todo en este momento de un proceso de crecimiento exponencial, en el que la unica funcion del consumidor y los promotores, no es mantener lo tradicional sino generar un esfuerzo competitivo que renueve las alternativas de proyectos tradicionales y mantenga los intereses de crecimiento para equilibrar la balanza y mantener a la ciudad, entera, con miras al futuro, al largo plazo que a fin de cuentas -al menos para mi- es el unico que en serio se debe tener en cuenta.

Anónimo dijo...

La condición geográfica de nuestra ciudad ha influido directamente en la idiosincrasia de su gente y muchos hemos creido que por ser precisamente eso, una ciudad de frontera, todo es de paso: la gente viene y se va después de épocas de bonanza comercial, los compradores venezolanos vienen y van y los visitantes y turistas invitados por otros cucuteños vuelan a sus destinos de origen al terminar las vacaciones.
Es precisamente ésa, la causa determinante para que muchos proyectos e ideas de sitios novedosos no lleguen a establecerse, puede ser que al principio sean innovadores y por la moda, muchos queramos conocerlos y probarlos, sin embargo con el transcurrir de los días los sentimos monótonos y aburridos. Crecimos con la vaga sensación de estar siempre a menester de otro país que nos ofrecía algo nuevo cada vez que lo visitábamos, que salíamos a comprar muchas cosas e incluso los paseos familiares solían ser más frecuentes al territorio vecino que al nuestro por la comodidad de carreteras y la seguridad. No fuimos conformes con lo que nuestro entorno nos ofrecía y en eso hemos incidido siempre, cuando salimos a un restaurante queremos correr a la rumba y no sólo en un sitio específico sino en todos los que más podamos estar: si oimos que alguno de nuestros amigos va a estar en X bar, vamos allá y después con el mismo afán, corremos al otro, donde están los demás compañeros.
La falta de valores y de aprecio por lo nuestro es tal, que no creemos en las promesas de los nuevos talentos jóvenes ni en aquellas de adultos emprendedores que han tratado de hacer y que poco apoyo han encontrado en su gente; el poco sentido de pertenencia y el exceso desmedido de admiración por lo externo nos ha impedido ayudar a materializar sueños y metas diáfanas de crecimiento para nuestra región.
Que esta página y otras más, como la "red de cucuteños positivos por el mundo" sean muestra de todas las ideas de proyección que queremos para nuestra ciudad y que logramos trascender el límite de las palabras y logremos llegar a los hechos con la ayuda de todos!!!

Anónimo dijo...

No es cierto que Cúcuta sea una ciudad de lo efímero, la ciudad cuenta con una cantidad enorme de empresas comerciales, industriales y de servicios, en fin todas aquellas empresas que cualquier ciudad necesita para su desarrollo y crecimiento. ¿Que lo deseable es tener una ciudad más desarrollada con un mayor número de empresas industriales generadoras de empleo que a su vez generan mayores oportunidades para el conjunto de los ciudadanos que la habitan? Si, eso es lo ideal.

No es menos cierto que la situación geográfica, que en una época fue un privilegio, en los últimos 15 ó 20 años se ha convertido en una pesadilla. Los precios de la Gasolina, el Gas, Carros, Motos, Cemento, Hierro, Etc., Etc., Etc., solo contribuyen a generar situaciones anómalas que han hecho mas difícil la creación de empresas, organizadas y legítimamente registradas, cumplidoras de sus obligaciones fiscales y parafiscales.

Sin embargo, lo que para unas cosas ha sido una pesadilla para otras ha sido una ventana a la prosperidad y a la consolidación. Tiene la ciudad y la región, unas ventajas comparativas que se han venido explotando como son la industria Alfarera y la Cerámica, la de los Bluyines, la del Calzado y muchas otras que han encontrado su nicho, en el mercado y lo han sabido desarrollar. Ejemplos de continuidad, conocimiento y éxito, son la gran cantidad de almacenes de reconocida trayectoria, moral y comercial, que han logrado sobreponerse a la debacle que vivió la ciudad por los años 80 cuando la famosa caída del Bolívar.

Es un hecho cierto el desplazamiento de la clase dirigente tradicional de la ciudad que por muchos años ocupo los puestos de poder donde se toman las decisiones y se orienta el rumbo de la ciudad. Las estructuras del poder hoy son dirigidas por aquellas personas que tienen la capacidad de imponer sus ideas y de moverse con decisión en la consecución de sus objetivos.

Es cierto también que vivimos un momento prolongado de corrupción e insolencia, que han hecho de la ciudad una ciudad impersonal y desvalida, pero también es cierto que quienes no desean que esta situación continúe deben tomar las iniciativas necesarias y hacer los sacrificios que tamaña empresa requiere. Aquí hay una muy importante área de acción para aquellos jóvenes que sienten la necesidad de volver a su terruño.

No equivoquemos el diagnostico, muchachos, la ciudad no es la ciudad de lo efímero, lo que la ciudad necesita son ciudadanos decididos y optimistas dispuestos a cambiar lo cambiable y dispuestos a traer a la ciudad los proyectos necesarios para un desarrollo sólido y sustentable en el tiempo, que oriente a la ciudad a explotar sus fortalezas y dispuestos a retomar esos puestos de poder para devolverles la majestad y solvencia moral que en un pasado no muy lejano tuvieron.

Anónimo dijo...

Por favor leer el articulo de Ciceron Flores de hoy domingo en La Opinion

Anónimo dijo...

Estaría más de acuerdo con el tercer comentario que con el mismo articulo: si bien es cierto que en algo tiene que ver la cultura en la longevidad de ciertos establecimientos, tambien es innegable que gran parte de la culpa la tienen los mismos empresarios que no tienen noción de una planeación estrategica que contemple planes en el mediano y largo plazo.

Un proyecto serio no contempla utilidades durante el primer año, ni incluso durante el segundo. El pensamiento de la mayoria de los empresarios es hacer poca inversión, recobrarla en 3 meses, obtener ganacias de 3 a 6 meses más, y cambiar de negocio porque este ya no tiene nada que ofrecer.

Hay que empezar es por cambiar la mentalidad empresarial, y apostarle no a pequeños proyectos que pasen por la ciudad, sino a mega proyectos que se queden y aporten a la contrucción de una Cúcuta sostenible y duradera.

Anónimo dijo...

Creo que su conclusion de lo gomoso tiene mucho de cierto pero hay que tener en cuenta que los dueños de al amyoria de citios para no seguir aumentando las ganacias vuelven sus sitio multiusos e imposibles de disfrutar por al gran cantidad de cosas y personas que desean abarcar. Un ejemplo claro es el sitio de La estacion un sitio al aire libre , cerveza fria y buena musica en principio; luego se lleno, empezo a llegar mas varierdad de perzonas, se volvio toda musica ( de POP pasamos a vallenato luego musica tropical despues cualquier cosa puede sonar), lleno por todos lados, ya no se podia hablar y parece ahora un bailadero no lo que inicialmente empezo. Por lo cual los que no son gomosos y si persisten frecuentando un sitio que les agrada no van a volver alli.

Anónimo dijo...

Sii van a hacer comentarios haganlos cortos, no crean que pueden escribir un contra-artículo confirmando ó refutando el original de manera extensa que se torna abburrida.

Anónimo dijo...

Lean el articulo de Sergio Entrena, ex gobernador de Norte de Santander, quien para su articulo semanal del periodico la opinion coje de referente la ciudad de lo efímero. Esta interesante

Anónimo dijo...

Si ven!!! ya vamos por el tercer escrito y seguimos hablando de lo mismo….. que vamos a hacer, que hemos dejado pasar oportunidades, que debemos mejorar los parques, hasta leí un comentario por ahí, de volver esto un movimiento político. Olvidémonos del pasado, de lo que no aprovechamos, de lo que se perdió y miremos el presente, el que puedo aportar hoy a mi familia, a mi Cúcuta, la muy noble, leal y valerosa!!!! (Por cierto me contaron que habían tumbado el escudo de concreto que estaba al frente del vivero, que lastima, que tristeza). Nosotros gozamos nuestra infancia en la valerosa porque nuestros padres ya estaban organizados en la ciudad y habían lograron cierta posición dentro de ella (que no la farreamos al 100%, o no?). Vuelvo a insistir, primero regresemos a la ciudad, trabajemos y aportemos un futuro para los nuestros (nosotros y nuestros hijos), dejemos el miedo de fracasar, desarrollemos esas ideas!!! No es difícil, ni complejo, solo debemos hablar con nuestros padres y plantear las ideas. Que quede claro que no solo hago critica a los jóvenes, nuestros padres también tiene la culpa, el compromiso no es solo darnos estudio, debe ir mas allá, nos deberían ofrecer un plante para comenzar algún negocio o por lo menos ayudarnos a conseguir prestamos para arrancar. Vendamos bien nuestras ideas!!! Haber emprendedores a actuar.