miércoles, agosto 01, 2007

El regionalismo en la dinámica cucuteña

Muchas personas en Colombia creen que la mejor manera de hacer contrapeso a la importancia de la capital en la economía y la política nacional es a través del regionalismo. En las ciudades intermedias del país se usa el ejemplo paisa para mostrar que aquí es imposible trabajar de la mano con nadie, y que lo mejor es juntarse con los semejantes para salir adelante. El caso cucuteño es aún más crítico, pues la proximidad con Venezuela permite aventurarse a ir más lejos, y se puede hablar incluso de nacionalismo.

Los regionalismos pueden ser usados como motores de desarrollo, pero también pueden explicar el estancamiento de una región. Pueden ser el chispazo inicial, porque la inclusión es fundamental en una sociedad, y para sentirse parte de algo es necesario, primero, identificarse con ese algo. Sin embargo, es importante que la sociedad no se torne huraña y xenófoba, que los visitantes que van de paso o que vienen para quedarse se sientan a gusto, que nosotros mismos seamos visitantes ejemplares, factores que se pueden ver amenazados en escenarios de regionalismo extremo.

Los primeros recuerdos que tengo de la ciudad traen a mi mente la antipatía de los cucuteños. Desde pequeño, cuando aún la economía de la capital de Norte de Santander dependía de los “venecos”, me parecía rara la relación del cucuteño con el venezolano. Por un lado, se esperaba que llegaran los Bolivares del vecino país a acabar con la mercancía de los almacenes, pero al mismo tiempo se les trataba de una manera poco amable y se les culpaba de nuestros problemas. La relación actual es aún más tensionante, las diferencias entre los dos gobiernos y la actualidad del Bolívar permiten al cucuteño sentir que ya no necesita de Venezuela e incluso que ellos son nuestros enemigos.

Las relaciones tirantes de los cucuteños con sus vecinos no sólo son hacia el oriente. Históricamente la ciudad ha mantenido un trato tensionante con los vecinos, no sólo al interior del departamento (Pamplona y Ocaña), sino también con nuestros vecinos santandereanos del sur, y en algunos casos hasta con departamentos de la costa. Los pamploneses y los bumangueses preferirían que nosotros los cucuteños pasáramos por sus ciudades no sólo para ir hacia Bogotá, sino también para la costa; los ocañeros piensan que sería mejor si pasáramos por la ciudad de ellos. Cada pueblo no busca sino su propio beneficio.

No existe una conciencia de región que permita unir a todos los municipios del departamento en torno a una misma causa, ya sea la readecuación de la carretera a la costa, la construcción de la represa del Cínera o la no venta de Centrales Eléctricas. No sólo debemos pensar en la ciudad, también debemos pensar como departamento, región y país. En fin…

Con este pequeño texto pretendemos hacer una reflexión acerca de la realidad de nuestra ciudad. No importa si Ramiro, si Uribe o si Chávez. Lo que importa es que no podemos salir adelante sin la ayuda de los que nos rodean, ni ellos sin la nuestra. Tenemos que olvidarnos de las viejas rencillas sinsentido que siempre nos han mantenido a la defensiva, y que no hacen bien a nadie. No podemos olvidarnos nunca que nuestra condición fronteriza nos hace dependientes de dos realidades. Un regionalismo bien entendido puede ser positivo y estar todos juntos ayuda a consolidar una mejor ciudad. Sin embargo, si nos descuidamos, éste puede terminar convirtiéndose en un arma de doble filo, de la cual, tal vez, en alguna oportunidad ya fuimos víctimas.
El Faro

lunes, julio 09, 2007

Seguimiento al caso del Bosque Popular

El día 08 de Junio de 2007 se radicó ante la Alcaldía Municipal de Cúcuta un derecho de petición mediante el cual se hacían las siguientes preguntas:

  1. ¿Cuál será el nuevo terreno que reemplazará el lote del Bosque Popular? Quisiera saber cuáles son sus dimensiones, ubicación y condiciones en las que se encuentra.
  2. ¿Cuál es el valor del bien determinado por el avalúo?
  3. ¿Permitiría el nuevo terreno continuar el proyecto de establecer un “eje verde” como lo dispone el Plan de Ordenamiento Territorial?
  4. ¿Cuáles son las razones para cambiar la destinación de este terreno -el del Bosque Popular? ¿Es necesario cambiar el proyecto de “eje verde” establecido en el POT para dar paso a un nuevo proyecto? ¿No es posible utilizar un lote distinto para lo que se va hacer allí?
  5. ¿Cuál será la destinación del dinero recogido con la venta del terreno?
  6. ¿Existe un documento en el cual se expongan las motivaciones que tuvo el Concejo Municipal para tomar la decisión de convertir el Bosque Popular en un bien fiscal?

No todas las preguntas fueron respondidas. La respuesta del Departamento Administrativo Área Planeación Corporativa y de Ciudad, de forma bastante escueta, se limitó a lo siguiente:

1. Mediante Acuerdo 005 de abril 16 de 2007 el Concejo de Cúcuta cambió el destino del bien de uso público denominado El Bosque Popular para quedar constituido como un bien fiscal.
2. A través de Resolución 0716 de abril 25 de 2007 se detallan uno por uno los bienes que pasaron a ser de uso público que sustituyen al Bosque Popular. A manera de ejemplo, dice la respuesta, se tiene el proyecto Parque la Sexta, que a la fecha se encuentra en ejecución.
3. Los dineros de la venta de activos del municipio son destinados para financiar programas y proyectos previstos en el Plan de Desarrollo Municipal, y en parte para el FONPEC –Fondo Nacional de Pensiones de las Entidades Territoriales, en cumplimiento de la normatividad vigente.

Sobre las demás preguntas no se hace ninguna mención. El primer artículo de la Resolución 0716 establece que los 33.331 metros cuadrados del Bosque Popular serán sustituidos por 78.578,60 metros cuadrados constituidos por seis (6) predios que pasarían a ser bienes de uso público, mediante los cuales se debería dar cumplimiento a lo estipulado en el POT. Los predios son:


1. 01-05-0013-0001-000, lote que hizo parte del predio denominado La Palestina (Lote 3), con un área de 56.566,78 metros cuadrados, el cual se reservará para bosque natural dada la riqueza arbustiva.
2. 01-05-0013-0001-000, lote que hizo parte del predio denominado La Palestina (Lote 4), con un área de 12.711,82 metros cuadrados, el cual se reservará para bosque natural dada la riqueza arbustiva.
3. 01-07-0003-0001-000, A6 C4 Y5 Barrio Latino, con un área de 2.500 metros cuadrados.
4. 01-07-0010-0001-000, A6 5 41 Mercado La Sexta Barrio Latino, de 3.512 metros cuadrados.
5. 01-07-0021-0010-000, A 5A 6 65 71 81 83 93 Barrio Latino, de 2.155 metros cuadrados.
6. 01-03-0550-0001-000, A 5 Y 6 C 4 Y 5, con un área de 1.133 metros cuadrados.

Tal parece que el municipio quiere sustituir las tierras del Bosque Popular por proyectos que habían iniciado desde antes de la aprobación del Concejo para hacer de éste un bien fiscal. También es de tener en cuenta que los predios más grades, únicos destinados a ser una reserva para bosque natural, están ubicados por fuera de la zona urbana de Cúcuta (sobre el Anillo Vial Oriental), donde difícilmente servirán para remplazar la céntrica zona verde que constituye el Bosque Popular. No sabemos si los demás predios se utilizarán como zonas verdes, para lo cual estaba destinado el Bosque Popular en el POT.

Los mantendremos al tanto de lo que suceda con este caso. Mientras tanto, El Faro celebra la acción popular interpuesta por los abogados Álvaro Gélvez Cáceres y Omar García Quiñonez. Es reconfortante encontrarse con ciudadanos dispuestos a exigir a sus autoridades un correcto proceder. Ojalá todo esto redunde en la construcción de una mejor ciudad.

El Faro

P.d. Para quien pueda estar interesado en indagar por su cuenta y colaborar en esta especie de veeduría, el email del departamento de planeación del municipio es planeacion@alcaldiadecucuta.gov.com

jueves, junio 28, 2007

Sobre la visita de un fantasma

Un fantasma está de visita en Cúcuta. Difícil negar lo que nuestros ojos han visto en las imágenes del noticiero, difícil creer lo que nuestros sentidos se empeñan en imponer a nuestra fría e incorregible razón. Semejante paradoja se presenta como un reto a nuestros escrúpulos, a nuestra curiosidad: creer o no creer. Más allá de eso: tomarnos la molestia de perturbar la tranquilidad del final del día para visitar el sitio de la aparición.

Es el momento para el clásico cálculo: ¿cuáles son la probabilidades de que un cuento como este sea cierto? Primera derrota a nuestro ánimo inquisitivo. Sin embargo, pensamos que no perdemos nada con ir. Después de todo, éste ha sido un día como cualquier otro y un poco de irracionalidad podría hacernos ir a la cama con algo más en qué pensar. De ser todo esto una farsa, ¡qué más da!, siempre es bueno reírnos de nosotros mismos de vez en cuando. No tenemos ni que salirnos de nuestras pijamas para una excursión como esta.

Camino a la “zona cero” imaginamos la posibilidad de percibir algo que sacuda con fuerza nuestra ya poco impresionable mente. Pero una vez más vuelven las risas. ¿Qué nos está pasando? Estamos seguros de ser los únicos idiotas que pretenden ir al encuentro de un fantasma. Por favor, ¡cuánto hace que iluminamos la ruta de escape a la superstición!

Pero ésta parece ser una noche para las sorpresas: no sólo supimos de la presencia de un fantasma en nuestra calma y aletargada ciudad, sino que nos atrevimos a dudar y a investigar. Ahora, lo que es aún más sorprendente es encontrarnos con una multitud que, despreciando preciosas horas de sueño, espera impaciente el momento en que los sentidos demuestren a la aburrida razón que el asombro todavía es posible. No somos tan idiotas después de todo. Mejor dicho, seguimos siendo igual de idiotas que hace un momento, pero no tenemos el orgullo de abrogarnos ese título de forma exclusiva. Muchos más se atrevieron a compartirlo con nosotros.

Claro, después de unos minutos a la expectativa, el esperado fantasma no aparece. Nos dejó metidos. De pronto es mejor pensar que la timidez le impidió acudir a esta inesperada cita con una multitud de curiosos. Es mejor volver a casa. Nuestros ánimos irracionales no pueden luchar por mucho tiempo contra nuestra gélida razón. Parece que nuestras expectativas no se cumplieron. Quién quita, a lo mejor fue un asunto de aquellos que sólo suceden una vez.

Aún así, es reconfortante pensar que vivimos en una ciudad cuyos habitantes todavía son capaces del asombro. No nos asombra la aparición, pues al final de todo ésta no tuvo lugar. Nos asombra nuestra ridícula iniciativa, nos asombra nuestra infinita capacidad de dudar, pero más todavía, nos asombra compartir con muchos otros algo que creímos nadie más haría.

El asombro, como en el caso narrado, nos empuja a hacer lo impensable. No es locura. Por el contrario, lo que muchas veces sentimos y evitamos comentar con otros normalmente es compartido por los demás. Que no nos dé miedo ni pena actuar movidos por este sentimiento. Algo bueno podría resultar.

El Faro

lunes, junio 04, 2007

¿Cómo administrar el buen momento del Cúcuta Deportivo?

Éste ha sido un gran año para todos los cucuteños que, después de una vida más bien ajena a las alegrías propias de los triunfos en los grandes eventos deportivos, hemos visto como el Cúcuta Deportivo ha figurado en las primeras planas de los diarios nacionales e internacionales. Campeones en el segundo semestre de la Copa Mustang, primeros en la reclasificación –mayor cantidad de puntos acumulados durante los dos torneos semestrales- y, para el asombro de todos, ya figuramos dentro de los cuatro mejores equipos de Latinoamérica y guardamos la esperanza de convertirnos en los primeros.

¿Quién ha sido el artífice de todo esto? La respuesta unánime es la siguiente: el alcalde Ramiro Suárez Corzo. No sólo ha puesto al Cúcuta Deportivo en los primeros lugares del fútbol colombiano, sino que esto lo ha acompañado con una gigantesca inversión en infraestructura para el municipio, permitiéndose gozar de uno de los más altos índices de popularidad a nivel nacional. Las cosas como son: quien se propone proyectos de importancia para una comunidad y es capaz de sacarlos adelante, se merece todo el mérito y el reconocimiento.

Pero hasta aquí no se ha dicho nada nuevo. La euforia que hoy se vive en Cúcuta ha puesto en boca de todos sus habitantes, de forma rutinaria, lo que arriba describo. Lo que no se ha visto ha sido el uso de la capacidad que las personas supuestamente tenemos de reflexionar con la cabeza fría sobre nuestro éxitos y fracasos. No importa que los medios de comunicación nacionales más importantes continuamente adviertan sobre las irregularidades que se presentan en la administración de nuestro doblemente glorioso equipo de fútbol. Recientemente El Tiempo publicó una noticia en la cual informaba sobre la composición accionaria del equipo, revelando datos que a todos nos deberían preocupar. Por una parte, se puede ver que el setenta por ciento de las acciones del club están en manos de personas muy cercanas al alcalde y a la administración municipal. Hay funcionarios públicos en ejercicio figurando como socios, sin que se generen las menores sospechas sobre posibles conflictos de interés. Incluso se rumora que nuestro alcalde saldrá directo de la alcaldía a la gerencia del Cúcuta Deportivo, gracias a lo que en la opinión pública parece ser un derecho adquirido.

Nadie se pregunta por la procedencia de los dineros que nos permiten tener a los mejores jugadores del momento. Pero lo que es peor: nadie se pregunta qué pasa con el treinta por ciento de las acciones restantes. Tampoco se ve por ningún lado la intervención de las autoridades para evitar que los accionistas de los equipos monopolicen las entradas a los partidos de las instancias finales de la Copa Libertadores. Ahora que nuestro equipo es “grande”, hacemos lo posible por negar a los hinchas fieles la posibilidad de apoyar al equipo en las instancias definitivas.

Sin embargo, sí está en nuestras manos la posibilidad de hacer algo al respecto: la opinión pública podría presionar para que efectivamente se dé un proceso de democratización que haga más transparente la administración del club. El primer interesado en esto es el alcalde: nadie quisiera ver cómo entra en crisis el proyecto estrella de esta administración. Dar a la ciudadanía la posibilidad de ser accionista puede fortalecer al equipo, de la mano con procesos de rendición de cuentas más claros y accesibles. De esta forma nuestro alcalde podría hacerse con una gran cantidad de aliados comprometidos con el futuro del equipo por razones adicionales a la pura euforia que trae la victoria.

¿Aguafiestas? Un poco. Yo mismo me reprocho no poder disfrutar los triunfos cuando al fin llegan. Es sólo que no quiero ver al Cúcuta Deportivo sufriendo dentro de unos años a causa de los mismos problemas que llevaron a clubes como Atlético Nacional, América de Cali o Millonarios de Bogotá a experimentar la derrota y la vergüenza después de haber abrazado la gloria. Tal cosa sería un golpe muy fuerte para el ánimo elevado que por estos días disfrutamos los cucuteños. Pensemos desde ya cómo consolidar al equipo. Esa es la mejor forma de asegurarnos un flujo constante de alegrías.

El Faro

miércoles, mayo 02, 2007

Carta abierta al Señor Alcalde y al Concejo Municipal de Cúcuta

Nos dirigimos a ustedes movidos por una preocupación específica. Aunque recibimos con alegría la oleada de inversiones que por estos días invade la ciudad, no podemos dejar de pronunciarnos ante el anuncio que en días pasados se hizo respecto a la posibilidad de que el predio del Bosque Popular, donde se encuentran unas instalaciones de la Universidad Francisco de Paula Santander, sea vendido a inversionistas interesados en construir allí otro gran supermercado, un hotel o un conjunto de apartamentos.

Según se establece en la Plan de Ordenamiento Territorial, el Bosque Popular es considerado suelo de protección y área de importancia ecológica, ambiental y paisajística. Así mismo, se proyecta en el POT “consolidar un EJE VERDE mediante acciones en el espacio público que generen actividades y vinculen un recorrido peatonal desde la actual redoma del Indio Motilón, el parque comercial y remate en el Malecón, pasando por el estadio, el conservatorio y el Bosque Popular”.

Ha pasado el tiempo y de este proyecto no se dice nada. Sin embargo, aún no es tarde para llevarlo a cabo. Cuando a sólo dos cuadras del Bosque Popular se está construyendo un gran centro comercial, la venta de este predio para la construcción de más edificios dejaría esta céntrica área de la ciudad sin zonas verdes y generaría una excesiva concentración de la actividad comercial, lo cual podría deteriorar el sector y la calidad de vida de los habitantes de la zona.

Por otra parte, la consolidación del eje verde en esta parte de la ciudad daría a Cúcuta una cara más amable, justo en la vía de entrada desde Venezuela. Proporcionaría a los ciudadanos un espacio en el cual caminar y descansar del ruido y los afanes diarios y permitiría contar con un escenario apropiado para los festivales que anteriormente se han realizado en la Diagonal Santander, los cuales han generado un gran desorden en la ciudad. También serviría como un contrapeso a la acelerada deforestación que por estos días se observa en la ciudad.

Nos gustaría saber, de parte de ustedes, qué va a pasar con este predio. Y en el caso de que lo vendan, nos gustaría saber dónde han pensado reponer a la ciudad la zona verde que el POT menciona. La ciudad debe crecer, pero manteniendo el orden. La calidad de vida de los cucuteños necesita de estos espacios. Ojalá se tome la mejor decisión para los intereses de la ciudad, no de los inversionistas.

El Faro

sábado, abril 07, 2007

Adiós al Bosque Popular

El pasado 13 de marzo se presentó ante el Concejo de Cúcuta el proyecto de acuerdo 005 que pretende que el Bosque Popular deje de ser un bien de uso público para convertirse en un bien fiscal. Así podrá ser vendido por la administración local para obtener considerables recursos económicos.
La idea, según el alcalde, es que este valioso terreno sea aprovechado por los urbanizadores privados para convertirlo en una gran mole de cemento: un Home Center, un Hotel Dann Carlton o bloques de apartamentos. Esto acabaría con las posibilidades de contar con el parque que ya se había prometido en una parte de la ciudad donde las zonas verdes ya son bien escasas. Una vez más los intereses de la comunidad son dejados a un lado para satisfacer la ambición de los urbanizadores y de la administración municipal.
Cabe recordar que este terreno de 33.331 metros cuadrados fue cedido al Municipio de Cúcuta por la Sociedad Cristo Vélez y Compañía, según escritura No. 244 Bis del 23 de febrero de 1962 de la Notaría Primera de Cúcuta, para destinarse como zona verde o parque, fin para el cual fue adecuado por el Municipio, que también lo utilizó como sitio para exposiciones y ferias. Esta cesión se dio conforme a la Ley de Reforma Urbana, siendo el espacio público resultante del proceso de urbanización que llevó a la construcción de la Urbanización Quinta Vélez.
Este terreno que ha sido indebidamente utilizado por la Universidad Francisco de Paula Santander durante los últimos 30 años, hasta ahora ha despertado el interés de la Alcaldía, lo que ha creado una situación problemática ya que la Universidad exige una compensación económica por las mejoras que se le han hecho al predio.
El Bosque Popular fue tomado en cuenta como un elemento muy importante en la elaboración del Plan de Ordenamiento Territorial, que desde su primera parte, en lo referente a los Proyectos de Parques Urbanos, pretende “la consolidación del Proyecto de Recuperación del Parque del Bosque Popular”, y añade: “considerando que la sede del Bosque Popular es elemento integral del espacio público en adelante no se permitirán obras de construcción nuevas, sólo reparaciones locativas que por razones de seguridad allí se requieran”.
De forma similar, en el artículo 45 del POT, el Bosque Popular es considerado suelo de protección y área de importancia ecológica, ambiental y paisajística. Así mismo, en el artículo 224 se habla de “consolidar un EJE VERDE mediante acciones en el espacio público que generen actividades y vinculen un recorrido peatonal desde la actual redoma del Indio Motilón, el parque comercial y remate en el Malecón, pasando por el estadio, el conservatorio y el Bosque Popular”. Finalmente, se establece como parte del programa de ejecución el impulso a la consolidación del Parque del Bosque Popular.
Todo el proyecto apunta a la consolidación de un gran parque de carácter metropolitano, que estimule la recreación y el deporte en la comunidad, que articule una red de parques y caminos que hagan la ciudad más agradable.
Esta zona también es apropiada para la realización de eventos masivos como el que organizaron en diciembre pasado la Alcaldía y Rumba Stereo, en el cual se presentaron Peter Manjarrés y el Checo Acosta en una tarima improvisada sobre la Diagonal Santander (justo enfrente del Bosque Popular), lo cual causó un monumental desorden en toda la ciudad. Si el Bosque Popular se adecua con la infraestructura y mobiliario urbano necesario, este espectáculo y muchos más encontrarían en Cúcuta un lugar ideal para su realización, lo que en el futuro traería muchos más beneficios para la ciudadanía que cualquier almacén de cadena.
Según la Ley de Reforma Urbana (Ley 9na de 1989), es posible para el Consejo Municipal cambiar la destinación del terreno, de modo que se use para otros propósitos, siempre y cuando se realice un canje por otros de características similares en los cuales la administración municipal haga realidad los proyectos para los cuales estaba destinado el original. Sin embargo, es pertinente preguntarse si en la ciudad existen terrenos semejantes que puedan compensar este espacio público, más aún cuando hay un proyecto que está siendo evaluado por los concejales mientras ustedes leen esto.
Esta situación ha despertado gran preocupación entre los integrantes del Faro, ya que de pasar inadvertida por la opinión pública, podría ser vista como un ejemplo más de la indolencia de una ciudadanía a la cual poco le importa la realización de los proyectos que han sido convenidos. Nos gustaría saber que opinan para buscar, en conjunto, el medio más adecuado para proteger los intereses de la ciudad.

El Faro


lunes, marzo 26, 2007

Experiencia del periodismo escrito en Cúcuta

No sólo en Colombia, sino en el mundo entero, el periodismo escrito ha desempeñado un papel fundamental en la formación de los pueblos, debido a que éste se ha constituido en una memoria escrita de los acontecimientos, que permite retroceder y avanzar en el tiempo de las sociedades. El caso cucuteño no es la excepción, aunque si un poco especial, debido a que ha estado enmarcado por la existencia de casi medio siglo del Diario la Opinión; sin embargo, si se revisan otras experiencias, se puede concluir que el fenómeno de lo efímero, del cual se habló en un artículo anterior, no ha sido ajeno al periodismo de la región, ni a sus periodistas.

Existen diferentes ejemplos que dejan ver la gravedad de la situación respecto a este tema, pero tal vez uno de los que mejor ilustra la situación es el Diario de la Frontera. Este periódico que existió por cerca de 50 años, fue importante en la segunda mitad del siglo XX, sin embargo un día desapareció sin dejar huella en la sociedad cucuteña, en una época en que seguramente hubiera sido muy útil su existencia, para afrontar los nuevos retos que existen hoy en la ciudad y el departamento. Si se le pregunta a un ciudadano desprevenido el motivo que llevó al fin del Diario, se encuentran diferentes respuestas: la corrupción, la filiación política del diario y la competencia de la Opinión, están entre las más mentadas. Es difícil saber la realidad, pero lo que si es cierto es que este tipo de cosas no deberían pasar, no podemos permitir que nuestra ciudad sólo cuente con un medio escrito de publicación periódica importante (ni siquiera un semanario), y mucho menos cuando muchos de nosotros hemos sido fuertes críticos de éste.

Los ejemplos no acaban ahí, otras publicaciones como Comentarios, Sagitario, Cosmos o el Comercio, fueron flor de un día. La mayoría de nosotros ni siquiera ha oído esos nombres, y tal vez estos sólo hacen parte de nuestra historia periodística, pero es precisamente por ese motivo, que debemos interesarnos más en nuestro pasado, especialmente nosotros, los integrantes de El Faro, quienes pretendemos ser parte del periodismo nortesantandereano. Debemos tener en cuenta que la labor de estas publicaciones, o por lo menos los intentos que hicieron, no dejan de ser valiosos. Es importante que se analicen los errores y los aciertos que éstas cometieron, para rescatar lo positivo y no seguir por caminos que, ya sabemos, no conducen a ningún lado. Finalmente es importante tener en cuenta que la labor de los medios de comunicación es de vital importancia cuando se pretende construir una mejor sociedad, y la responsabilidad es aún mayor cuando todo queda plasmado en un papel, por eso quiero hacer una invitación a que revisemos esas experiencias, para poder sacar el mayor provecho de ellas, y así no tener que correr con su mismo destino.

El Faro

martes, marzo 13, 2007

Ilusión, educación, infraestructura y futuro

La emoción generada por el resurgimiento del Cúcuta Deportivo en nuestra región es indescriptible, trayendo consigo consecuencias positivas de incalculable valor, no sólo en lo económico, sino también en lo social; desde el nuevo encuentro de los ciudadanos con uno de los símbolos de la ciudad y la recuperación del orgullo colectivo, hasta la confianza de volver a compartir espacios públicos masivos.

Todo esto tiene mucho impacto en la población, pero sobre todo en los jóvenes. La convivencia que se aprende por intermedio del deporte y el uso provechoso del tiempo libre son las bases de una sociedad sana y la forma más efectiva de prevenir los vicios.

Ahora, el éxito del Cúcuta Deportivo nos deja una primera lección: QUE CUANDO SE QUIERE SE PUEDE. La discusión en este momento no es quién lo hizo, aunque personalmente no me gusta le mezcla entre la política y el deporte profesional, que finalmente es un negocio. El punto es que se intentó, se logró y esto nos está dejando réditos importantes, como la terminación del estadio y el pantallazo de la ciudad por la transmisión televisiva de la Copa Libertadores. Después de semejante éxito, ¿por qué no seguir enfocando nuestros esfuerzos en el mismo sentido?

Lo mas importante de los eventos deportivos es la infraestructura y el impacto en la formación juvenil e infantil. Cúcuta y el departamento tienen carencias grandes en infraestructura deportiva, además de una necesidad urgente de orientar a los jóvenes hacia el deporte y la cultura. En aras de mejorar estos puntos neurálgicos del desarrollo social de la ciudad, ¿por qué no nos enfocamos todos lo cucuteños en organizar los próximos juegos nacionales?

Esto nos traería ocupación hotelera, más vitrina para la ciudad, mercado para nuestras nuevas inversiones, así como la infraestructura para que nuestros jóvenes tengan escenarios deportivos adecuados para poder desarrollarse como deportistas de alto rendimiento.

Como el plan no puede terminar solo en los juegos nacionales del año 2012, aprovechando la ubicación geográfica, Cúcuta podría enfocar sus energías a largo plazo en la organización de los juegos Bolivarianos del año 2013 o 2017, aprovechando que sería la única ciudad de Colombia que puede convocar a los habitantes de un país invitado, lo cual con una adecuada promoción garantizaría buenas asistencias y finalmente la integración de los pueblos, que es el objetivo de estos eventos.

Los invito a pensar en esta idea, un proyecto a largo plazo, que es la verdadera forma ser ciudad o de volver a ser ciudad.


El Faro

viernes, febrero 23, 2007

El poder transformador del orden

El paisaje urbano ejerce una gran influencia en el comportamiento de los ciudadanos, no sólo por la forma como la arquitectura y la distribución de espacios afecta la vida diaria, sino en especial por el reconocimiento de actividades que son aceptadas socialmente; el comportamiento de las personas en el espacio público refleja la idiosincrasia de un pueblo y es una de las partes más importantes del paisaje.
En las ciudades modernas uno de los factores que más afectan el paisaje urbano es el tráfico vehicular, ya que desafortunadamente gran parte del espacio público que se construye es para los automóviles. En las ciudades colombianas es frecuente el desorden en las vías por falta de infraestructura, educación y claridad en las normas. Cúcuta no es la excepción, aunque es claro que las ciudades pequeñas salen mucho mejor libradas de los perjuicios que el tráfico causa en la calidad de vida de los ciudadanos.
Aparte de esto, Cúcuta es una ciudad privilegiada, ya que la planeación de la ciudad después del terremoto le permitió trazar amplias avenidas que aún hoy funcionan muy bien. Sin embargo, está demostrado que la cantidad de avenidas no soluciona el problema del tráfico y que una ciudad amable no está hecha para el que tiene carro, porque el transporte no es un lujo sino una necesidad. Considero que es muy valioso el ejemplo que dan otras ciudades para resolver los problemas, y más valioso aún, la habilidad de ver los problemas que se nos avecinan a través de la experiencia ajena.
Los problemas de transporte de las grandes ciudades deberían darnos una lección, pero nosotros también podemos dar ejemplo. A pesar de la importancia que tendrá en el futuro contar con un tranvía moderno o algunas líneas de carriles exclusivos para buses articulados, no es necesario gastar millones para empezar a corregir la situación; sólo necesitamos un poco de voluntad y organización.
Sería bueno empezar por demarcar los paraderos de buses, porque no podemos pedirle a la gente y a los conductores que los utilicen cuando no existen. Aún mejor sería hacer un plan para organizar en un futuro próximo un servicio centralizado, coordinado, seguro y eficiente.
Hace algunos años vi con agrado cuando en Cúcuta aparecieron las primeras ciclorrutas; esa es una iniciativa que no debe quedarse ahí. Cúcuta es una ciudad de un clima privilegiado, muy apropiado para este tipo de transporte, tanto que aún en medio del desorden del tráfico la gente usa la bicicleta exponiéndose a los riegos que esto implica. Este tipo de transporte disminuye el tráfico y la contaminación, además de traer beneficios para la salud pública, a diferencia del tan popular transporte en motocicleta que es el que más desorden y accidentes causa.
Es difícil para las bicicletas competir con las motos en razón del precio de la gasolina en Venezuela, pero si se ofrecen ventajas en carriles exclusivos (ciclorrutas) y estacionamientos, es factible que la gente prefiera salir en bicicleta. Para esto, es importante que se tengan en cuenta los beneficios que una buena red de ciclorrutas traería a la ciudad a la hora de ejecutar los proyectos viales del Área Metropolitana de Cúcuta.
La idea es que afrontemos los problemas que puede traernos el crecimiento con suficiente planeación, para ir resolviéndolos en la forma que queremos y no tener que resolverlos a última hora con lo que alcanza del presupuesto. En la medida en que se de esta transformación en el tráfico de la ciudad, vamos a tener una ciudad más ordenada, que nos produzca una mejor imagen de nuestra sociedad e induzca comportamientos más cívicos.

El Faro

viernes, febrero 16, 2007

Los valores invertidos

El bien y el mal hacen parte sin lugar a dudas del eterno dilema al cual se ven confrontados los hombres de todas las sociedades del globo. En mi caso particular, siempre he pensado que los valores y virtudes que se le atribuyen a una cierta creencia religiosa no son otra cosa que lo que muchos otros llamamos «valores universales», así los jerarcas y creyentes de las diferentes religiones se disputen eternamente su autoría.

A través de mi vida y mis viajes me he dado cuenta de que lo que a mí me enseñaron que era bueno (y también lo que era malo) es de alguna manera bueno (y malo) de manera universal. Robar, matar, violar, mentir, difamar y engañar, por tan sólo dar algunos ejemplos, hacen parte de los verbos que en todos los países e idiomas se asimilan al lado oscuro de la fuerza; mientras que ser honesto, sincero, trabajador, generoso y respetuoso difícilmente pueden ser clasificados como tal.

Y me resisto a pensar que sea el único (o uno de los únicos) detentores de esta verdad. Quisiera creer que cualquier individuo de cualquier país del mundo es consciente de que, aunque no siempre sea el caso y siempre haya motivos para debatir en algunos casos muy particulares, de manera general, existen ciertos principios y valores universales innegables que todos conocemos y sin los cuales el funcionamiento de la sociedad moderna no tendría ningún sentido.

Hace algunos años, reflexionando sobre el tema, se me ocurrió que el gran problema de Cúcuta, o al menos uno de los más grandes, pero también de Colombia y de muchos otros países emergentes y del tercer mundo, es que la idea general que tienen los individuos de estos valores se encuentra invertida en sus cabezas. De alguna forma, sin ni siquiera saberlo o al menos preguntárselo, lo bueno se convirtió en símbolo de cosas negativas y lo malo en una cualidad general aceptada.

Basta con mirar hacia atrás algunos años y algunos casos simples del diario vivir de un niño cucuteño para entender un poco a lo que me refiero.

Al recordar momentos de mi infancia me viene a la cabeza la época de las eternas peleas entre bandas de amigos que encontraban en el más mínimo hecho un pretexto infalible que incitaba a pelear. Los grandes peleadores de la época eran bien conocidos y respetados por todos. Los hombres les temían y las mujeres apreciaban el respeto que estos hombres inspiraban a su alrededor. No recuerdo sin embargo un solo hombre al que todos admiráramos por su pacifismo o su capacidad de dialogar. Casi siempre, este tipo de jóvenes era calificado de cobarde en el mejor de los casos o humillado con una bofetada o una golpiza cuando no se corría con tanta suerte.

El colegio tampoco escapa a este tipo de ironías. Los grandes líderes de mi salón eran siempre los más vagos, los «duros» de la copia, los que jamás nadie lograba agarrar, los que burlaban al profesor y a la ley haciendo de sus hazañas un arte elogiado por el resto de compañeros. Este tipo de personajes generalmente era también bueno para pelear y de vez en cuando jugaba bien fútbol. Pero no recuerdo tampoco algún niño de mi salón que fuera admirado por sus buenas notas o su inteligencia, por su honestidad o su trabajo. A estos se les dejaba de lado o se les gritaban apodos como «nerd» y quien sabe cuantos otros que en este momento me escapan.

Una de las palabras que mas oía yo en mi infancia, y que afortunadamente no existe para la Real Academia de la Lengua ni para muchos otros países de habla hispana, es lo que los cucuteños y colombianos designan como a un ser «vivo». Rara vez en mi vida he visto a alguien considerado como «vivo» no traspasar la ley. Para todos aquellos que desconocen su significado, vivo es aquel que, de manera general, logra obtener una ganancia a expensas de otro que pierde, generalmente aprovechándose de su ignorancia o de su buena fe. Vivo es ese que siempre paga menos en una cuenta cuando los demás pagan más y que cree además que los demás no se dieron cuenta. Vivo es aquel que en una cola de carros pasa por el lado (o debiera decir por encima) de todos por que piensa que la ley es para los demás pero no para él. Vivo es aquel que no paga impuestos por que según él, estos solo son para los ricos y los marranos. Vivo es el clásico pirata que cree que comprando objetos falsos o de contrabando él es más inteligente que los otros tontos que pagan más que él por un original que, según él, es idéntico al pirata. Vivo es aquel que cuando viene a un país desarrollado no paga el tiquete de bus o de metro y se felicita pensando que los nacionales son unos tontos ingenuos por confiar en gente como él.

El vivo, así como el peleador y el deshonesto copión del colegio, es parte de la interminable lista de adjetivos negativos que irónicamente son percibidos como «cualidades» en nuestra pequeña sociedad. Lo triste de todo esto es que ninguno de estos tres fenómenos (ni los otros tantos que por motivos de tiempo y espacio aquí preferí no mencionar) es nuevo. Todavía es común oír entre los dirigentes regionales que «a uno le puede ir bien en la vida sin estudiar». Basta con ver al último Alcalde y al anterior Gobernador para darse cuenta de por qué algunas personas aun consideran valido este argumento.

La historia me ha hecho pensar que los hombres destinados a dirigir las sociedades son siempre sus hijos mas aférrimos. En una sociedad de vivos, es lógico entonces pensar que el más vivo sea el que gobierne y los menos vivos los gobernados. Esto tal vez explica la historia política de Cúcuta y de Colombia en general, y el por qué del diario vivir de la alcaldía, el consejo, la asamblea departamental y el congreso de la república.

La interminable lucha por ver quien es el más vivo tiene por resultado la sociedad en la cual vivimos hoy en día. La ecuación es simple: (Σ Vivos) + Poder = Corrupción. Si agregamos la variable tiempo (T= Numero de años) nuestra ecuación se vuelve más representativa. Con T=200 tenemos la historia nacional. Con T=100, cambiando el nombre de nuestro país por el de una hacienda abandonada del magdalena obtenemos el único libro que nos ha merecido un premio nobel. Con T=O y tendiendo hacia el infinito obtenemos una incógnita que no queremos que se repita más.

Albert Camus describiendo su obra maestra decía que Meursault (El personaje central) era simplemente alguien que no «jugaba el juego, alguien que no podía mentir». Cúcuta no dista mucho del Alger de los años 50 de nuestro increíble Meursault. Alguien que prefiera pagar más que sus amigos no es cortés sino tonto; alguien que paga impuestos por que ha sabido aprovechar la infraestructura más que los otros no es justo sino mendaz; alguien que decida recompensar el esfuerzo y el trabajo de su músico favorito comprando su CD original es un «marrano» y no un individuo leal a los hombres que admira. Alguien que piense así, muy similar a Meursault, deberá afrontar el descontento y el desprecio de una ciudad de vivos.

La evolución de una sociedad de una etapa a otra comienza innegablemente por un cambio radical de sus bases. Mi lado pesimista me dice que ya es algo tarde para pretender cambiar las viejas generaciones, pero jamás es tarde para hacer algo por aquellas que han de venir. El Faro del Norte es un espacio que propuso el dialogo en oposición a la pelea. Como parte de su evolución y construcción ideológica está la proposición de unas nuevas bases que El Faro del Norte no pretende inventar, sino simplemente rescatar del olvido en que se encuentran.

Muchas personas piensan que no sirve de nada cambiar si los demás no cambian. Es este efecto dominó, defendido generalmente por todos aquellos que jamás van a votar pensando que su voto no cambia nada, el que siempre favorece al lado oscuro y el que ha debilitado nuestra democracia a través de los años.

Las historias que les contaré a mis hijos difieren muy poco de las que mi papá me contaba a mí y de las que mi abuelo le habrá contado a él. Este es un llamado para que todos aquellos que luchamos contra los vivos dejemos de ser extranjeros a la sociedad en la que vivimos y reconstruyamos las bases de una sociedad progresista y meritocrática sin valores invertidos. Es un llamado para todos aquellos que como yo, quisieran vivir para ver que las historias que sus hijos les contarán a sus nietos son diferentes a las que yo viví y a las que me contaron. Es un llamado para todos aquellos que sueñan algún día poder decir con orgullo que Macondo solo existe en la imaginación de Garcia Márquez y en un pasado cercano que no se repetirá jamás.
Gerardo Duplat

viernes, febrero 09, 2007

Una manito a la educación

En esta época de volver al colegio muchos padres deben hacer un gran esfuerzo económico para la compra de útiles y libros escolares. Sin duda no hay plata mejor gastada, ya que la educación es el mejor regalo que un padre le puede dar a su hijo, como una forma de asegurarle un futuro próspero.

Sin embargo, a final de año muchos de esos libros que tanto costaron quedan estorbando en un rincón de la casa, a menos que alguien tenga la iniciativa de ir a venderlos por una mínima fracción de lo que costaron originalmente.

La cultura del libro desechable no sólo tiene lamentables consecuencias en la economía familiar, sino peor aún, menosprecia el valor de los libros en una sociedad tan necesitada de educación. Habiendo tantos niños con dificultades económicas para estudiar, resulta casi pecaminoso arrumar los libros viejos en un rincón de la casa o venderlos para que otros hagan negocio con la necesidad ajena. Todos esos libros deberían ser utilizados una y otra vez por los estudiantes de cada grado, comprometidos con la idea de cuidarlos para que sean usados el siguiente año. Los colegios deberían tener en sus bibliotecas suficientes libros de cada asignatura para entregar a los alumnos.

Como es difícil que los colegios hagan una inversión de esta magnitud, los primeros años habría que pedirle a los alumnos que donen sus libros a la biblioteca del colegio o, en el peor de los casos, que vendan los libros usados a un precio razonable. De esta forma, en dos o tres años habría libros suficientes para todos los alumnos, lo que se convertiría en un gran alivio financiero para muchas familias. Claro está, siempre y cuando las casas editoriales y las secretarias de educación empiecen a colaborar con esta iniciativa, para lo cual se requiere dejar a un lado las ganas de hacer negocio obligando a los colegios a cambiar los libros de texto de las diferentes asignaturas todos los años.

Con este plan seguramente saldrán mejor librados los colegios privados, los cuales deberían comprometerse a fortalecer las bibliotecas de los colegios públicos, que son los que finalmente más necesitan este tipo de iniciativas. Esta es una forma de colaborar con la educación de nuestros niños, desligando las posibilidades de aprendizaje de la capacidad económica de las familias, lo que constituye un primer paso en la construcción de una región y un país con igualdad de oportunidades.

El Faro

P.d. ¿Será que, por el estilo de lo sucedido con el escándalo de la parapolítica en la región, la opinión pública cucuteña va a dejar pasar los atropellos del alcalde y la policía contra los educadores sin pronunciarse al respecto? Ojalá empecemos a hacer sentir nuestro descontento.

martes, enero 30, 2007

Fundación de Emprendimiento

Me encuentro gestando la conformación de una FUNDACION DE EMPRENDIMIENTO para crear ALTERNATIVAS ESTRATEGICAS PARA LA REACTIVACION ECONOMICA Y SOCIAL DE NORTE DE SANTANDER. Será una ente sin ánimo de lucro dedicado al fortalecimiento y/o creación de empresas productivas dentro de un marco que se propone en primer termino, participar en la conformación de una economía sostenible que solo será posible si dejamos de pensar en comercio importado para pensar en producir industrialmente para exportar de la región, y en segundo lugar, crear un sentido de pertenencia al permitir la participación de todos los nortesantandereanos para que sintamos y pensemos como departamento y como frontera. Teniendo como consigna especial, no afectar los intereses económicos, políticos y sociales de nadie en particular.

La MISION será la reactivación social y económica de la región mediante la planificación, coordinación, administración, promoción y desarrollo de proyectos que lleven a la creación o fortalecimiento de empresas productivas o a desarrollar obras de interés comunitario; actuando bajo el concepto de operadora y administradora de proyectos que tengan como finalidad el desarrollo económico y social sostenible de Norte de Santander. Teniendo como VISION ser la Fundación líder en la generación y promoción de empresas de economía sostenible permitiendo una estabilidad social de la población del departamento Norte de Santander, inculcando un sentido de pertenencia que permita colocar la región en una posición de vanguardia y liderazgo en el ámbito nacional y en la zona de frontera.

La Fundación es necesaria porque la economía sostenible solo es posible con la producción de bienes de consumo que generen riqueza, por lo tanto hay que fortalecer y crear empresas dentro de una cadena productiva, que nos prepare para afrontar los retos del futuro en la globalización. Los tratados de libre comercio son una realidad en el país y para afrontarlos, debemos capacitarnos e investigar para ser competitivos productivamente, mejorando tecnológicamente para obtener calidad y cantidad en los productos. Debemos conformarnos como un gran gremio regional generando una sinergia administrativa que nos permita actuar adecuadamente en las cadenas productivas. De otra parte una economía sostenible crea una estabilidad social ya que genera fuentes de trabajo, amplia la población con servicios de salud, fomenta la educación y la capacitación técnica y científica, posibilita el acceso a la vivienda y nos permite una recreación adecuada.

La Fundación realizará proyectos empresariales que lleven al fortalecimiento o recuperación de lo ya existente, o los propuestos por la Fundación directamente al análisis de las necesidades existentes en la región. Una vez estructurado el proyecto se promocionará financieramente y se capacitará al personal que laborara en la empresa, promoviendo la participación del equipo planificador en el manejo de está.

Nada sacaríamos si producimos a gran escala si no tenemos mercados para nuestros productos. Es acá donde debe salir nuestra vena comercial y crear una red comercializadora que cumpla varias funciones: En primer termino recogiendo nuestros productos y comercializándolos en la región, el país y en el exterior y promocionándolos al participar en ferias y ruedas de negocios. En segundo termino buscando negocios con financiamiento y garantía de compra de los productos u oportunidades de negocios para empresas satélites. En tercer lugar abastecernos con materia prima a bajos precios y buscado tecnología garantizada que podamos importar.

Para financiar estos proyectos la Fundación buscara y gestionara ante entidades estatales, en la inversión privada, con recursos extranjeros a través de Embajadas y ONGs, ofertas de negocios, inversión foránea, créditos blandos, adjudicación de bienes expropiados y cualquier oportunidad de financiamiento que se pueda presentar.

Las ventajas que presenta un proyecto concebido bajo estos parámetros es la sinergia administrativa que se va a ir presentando que permitirá la realización de Alianzas Estratégicas donde cada empresa produce, aporta y apoya. Además tendrá un flujo constante de proyectos con diferentes tipos de actividades económicas (productivas, de servicio), empresas con diferentes características (privadas, solidarias, corporativas, comunitarias, asociativas). Serán empresas con el debido financiamiento, que lleven al desarrollo regional y binacional, consolidando una estabilidad económica y social del Departamento.

En la actualidad existen circunstancias que permiten la viabilidad del proyecto. Hay oportunidades a nivel nacional como son los apoyos institucionales para el financiamiento, interés en las vías de comunicación y la firma de los tratados de libre comercio; Se están desarrollando proyectos importantes en el departamento, se ha realizado dialogo entre los políticos con el fin de unificar conceptos para los proyectos de la región y estos cambios generan optimismo entre los coterráneos, se ha visto un liderazgo, capacidad y decisión en el sector privado y en el publico. De otra parte la FUNDACION será una entidad ágil para el desarrollo de proyectos, tendrá un seguimiento empresarial permanente de las cadenas productivas que evite posibles quiebras de los proyectos que apoye, existirá financiamiento para cada uno de los proyectos y a su vez cada uno de estas empresas retroalimentaran la Fundación para su sostenimiento.

Acá no se esta inventando nada nuevo. Si analizamos los proyectos que se están desarrollando en diferentes partes del país y del mundo podremos llegar a la conclusión de que los Nortesantandereanos tenemos las capacidades para adaptarlos y realizarlos en nuestra región, claro esta, siempre y cuando actuemos todos unidos y tengamos un sentido concreto de pertenencia.

Este proyecto ha sido presentado a la Cámara de Comercio de Cúcuta de quien ha recibido un amplio respaldo con su apoyo estratégico y su poder de convocatoria. También recibió el respaldo y deseo de apoyar esta iniciativa, de algunos de los Gremios empresariales y asociaciones profesionales y sociales. Igualmente han demostrado interés en participar y liderar la Fundación personas particulares y empresas privadas. Buscando el apoyo del sector político se les ha hecho conocer el proyecto a algunos de ellos, encontrando gran receptibilidad en ellos.

Se invita a participar a todos los nortesantandereanos, como personas naturales y/o jurídicas, a conformar y liderar esta Fundación que nos permitirá desarrollar actividades con miras a preparar el Norte de Santander para el futuro.

Aproximadamente hasta mediados de Febrero se estará presentando el proyecto a los Nortesantandereanos que viven en Bogotá y que estén interesados en trabajar en pos del desarrollo del Departamento. Si vives en Bogotá y estás interesado en conocer más ampliamente este proyecto se pueden comunicar conmigo al E-mail:
jgarbiras@hotmail.com, al fijo 2138124 ó al celular 3105724075. Si es un grupo de personas, disponemos de sitios donde podemos reunirnos a conocer y discutir sobre el proyecto.

Lo importante es que estemos interesados en participar y meterle el hombro a las iniciativas de progreso para Norte de Santander.


JAIME GARBIRAS GOMEZ

jueves, enero 18, 2007

¿Qué pensar de nuestros líderes políticos?

Siempre he tratado de mantener una actitud escéptica frente a lo que los diferentes medios de comunicación tratan de presentarnos como la realidad, por lo demás caótica y desesperanzadora en la mayoría de los casos. Casi que año tras año nos vemos envueltos en la típica dinámica electoral, momento en el cual los candidatos a los diferentes cargos de elección popular, por lo general los mismos de siempre, tienen la oportunidad de levantar los ánimos de los electores con sugestivas propuestas e infaltables promesas de sanear el circo de la política y de trabajar por el interés general. Los medios de comunicación, los más importantes constructores de la imagen positiva o negativa que se pueda tener de algún político, se ven atrapados dentro de un círculo inagotable, en el cual llevan a la gloria a quienes serán nuestros congresistas, alcaldes o presidentes, para una vez cumplidos sus respectivos períodos descargar contra ellos todo tipo de acusaciones, ya sean éstas por ineficiencia o corrupción. Mientras tanto uno, el ciudadano de a pie, no sabe que pensar, pues aunque puede darse cuenta de que las cosas no mejoran, tampoco puede dar fe de lo que contra estas personas se imputa.

La situación que describo en el párrafo anterior se ha vuelto a dar con la publicación que la revista Cambio presentó en el mes de diciembre del año pasado, denunciando las supuestas relaciones que un número significativo de congresistas nortesantandereanos tiene con grupos paramilitares con presencia en nuestro departamento. Se les acusa de financiar a estos grupos para apoderarse de grandes extensiones de tierra, las cuales, gracias a la información privilegiada que manejan en razón de sus cargos, pueden utilizar para incursionar en negocios tan lucrativos como el de la palma de cera. Los señalamientos que hace la revista no se limitan a este único aspecto, pero no es necesario ir más allá para lo que con este artículo pretendo.

Como bien decía al principio, nunca se sabe que creer. ¿Será cierto que nuestros congresistas tienen tales vínculos con los paramilitares? De ser así, ¿están aprovechando tal situación para su beneficio propio? Es difícil saberlo con seguridad, aunque el manto de duda que sobre ellos se tiende ya deja mucho que desear. Es poco probable que el día a día nos dé más razones para creer en lo que los medios nos dicen. Sin embargo, mientras visitaba Cúcuta durante la época de navidad y año nuevo, sucedió algo que me hizo pensar que, tal vez, nuestros políticos sí están usando el poder que les otorgamos para su provecho personal. Aquí puedo pasar por iluso. Algunos dirán que es más que obvio, los políticos siempre hacen de las suyas, pero muchas veces, en mi opinión, se les acusa injustamente. Puede que este sea el caso con el problema de la para-política.

De cualquier forma, imaginemos esta situación: una noche, saliendo de uno de los lugares de moda de la rumba cucuteña y abriendo la puerta del carro que usted dejó parqueado en la calle como cualquiera de los demás rumberos que allí se encuentran, una persona desconocida se le acerca con un tono de voz fuerte y una actitud violenta a pedirle dinero por haber parqueado en ese lugar. ¿Qué pensaría usted si, al pedirle tranquilidad, el señor le advierte que nunca más podrá estacionar su carro en ese lugar? Y sobre todo, ¿qué pensaría usted si, al reclamar su derecho a hacer uso del espacio público como todos los demás lo hacen, este iracundo personaje se desentiende de la discusión que él mismo inició diciendo que, si alguna vez quiere volverse a estacionar en ese lugar, tiene que hablar directamente con uno de nuestros preciados congresistas?

Una vez más cae el manto de duda sobre nuestros líderes políticos, pero esta vez no lo tienden los medios de comunicación, sino un agresivo celador de cuadra. Empieza uno a pensar que no sólo nuestros congresistas se estarían apropiando de tierras campesinas mediante métodos violentos, sino que algo parecido estarían haciendo dentro de las ciudades, reclamando, a través de intermediarios, señorío sobre las calles y los andenes de la ciudad.

Todavía no sé que creer sobre las acusaciones de la revista Cambio, y muchos menos aun sobre los motivos que llevaron a este personaje a comprometer a un reconocido político, pero me gustaría saber por qué los ciudadanos del común debemos aguantar, en cualquier momento y lugar, actos de violencia respaldados por la supuesta autoridad de un político. La coincidencia entre lo que me sucedió y lo que se relata en la revista Cambio puede ser pura casualidad. Sin embargo parece, por lo que se ve en Cúcuta, que quien no tiene el poder que dan los votos o las armas tiene que relegarse a ser un ciudadano de segunda clase, cuyos derechos sólo serán atendidos una vez nuestros caciques estén satisfechos.

El Faro quiere invitar a sus lectores a comentar este tipo de situaciones, a que denuncien por medio de este blog cosas por el estilo de la descrita que les hayan sucedido. Busquemos la forma de hacer rendir a nuestros políticos las cuentas que nos deben, formalizando poco a poco las denuncias que puedan sostenerse adecuadamente. Poner atención a pequeños indicios como el que acá les cuento, o a otros no tan pequeños como el que nos proporcionó la revista Cambio, puede ser un primer paso, claro está, cuidándonos de comprometer reputaciones hasta que tengamos certeza.

El Faro