viernes, febrero 16, 2007

Los valores invertidos

El bien y el mal hacen parte sin lugar a dudas del eterno dilema al cual se ven confrontados los hombres de todas las sociedades del globo. En mi caso particular, siempre he pensado que los valores y virtudes que se le atribuyen a una cierta creencia religiosa no son otra cosa que lo que muchos otros llamamos «valores universales», así los jerarcas y creyentes de las diferentes religiones se disputen eternamente su autoría.

A través de mi vida y mis viajes me he dado cuenta de que lo que a mí me enseñaron que era bueno (y también lo que era malo) es de alguna manera bueno (y malo) de manera universal. Robar, matar, violar, mentir, difamar y engañar, por tan sólo dar algunos ejemplos, hacen parte de los verbos que en todos los países e idiomas se asimilan al lado oscuro de la fuerza; mientras que ser honesto, sincero, trabajador, generoso y respetuoso difícilmente pueden ser clasificados como tal.

Y me resisto a pensar que sea el único (o uno de los únicos) detentores de esta verdad. Quisiera creer que cualquier individuo de cualquier país del mundo es consciente de que, aunque no siempre sea el caso y siempre haya motivos para debatir en algunos casos muy particulares, de manera general, existen ciertos principios y valores universales innegables que todos conocemos y sin los cuales el funcionamiento de la sociedad moderna no tendría ningún sentido.

Hace algunos años, reflexionando sobre el tema, se me ocurrió que el gran problema de Cúcuta, o al menos uno de los más grandes, pero también de Colombia y de muchos otros países emergentes y del tercer mundo, es que la idea general que tienen los individuos de estos valores se encuentra invertida en sus cabezas. De alguna forma, sin ni siquiera saberlo o al menos preguntárselo, lo bueno se convirtió en símbolo de cosas negativas y lo malo en una cualidad general aceptada.

Basta con mirar hacia atrás algunos años y algunos casos simples del diario vivir de un niño cucuteño para entender un poco a lo que me refiero.

Al recordar momentos de mi infancia me viene a la cabeza la época de las eternas peleas entre bandas de amigos que encontraban en el más mínimo hecho un pretexto infalible que incitaba a pelear. Los grandes peleadores de la época eran bien conocidos y respetados por todos. Los hombres les temían y las mujeres apreciaban el respeto que estos hombres inspiraban a su alrededor. No recuerdo sin embargo un solo hombre al que todos admiráramos por su pacifismo o su capacidad de dialogar. Casi siempre, este tipo de jóvenes era calificado de cobarde en el mejor de los casos o humillado con una bofetada o una golpiza cuando no se corría con tanta suerte.

El colegio tampoco escapa a este tipo de ironías. Los grandes líderes de mi salón eran siempre los más vagos, los «duros» de la copia, los que jamás nadie lograba agarrar, los que burlaban al profesor y a la ley haciendo de sus hazañas un arte elogiado por el resto de compañeros. Este tipo de personajes generalmente era también bueno para pelear y de vez en cuando jugaba bien fútbol. Pero no recuerdo tampoco algún niño de mi salón que fuera admirado por sus buenas notas o su inteligencia, por su honestidad o su trabajo. A estos se les dejaba de lado o se les gritaban apodos como «nerd» y quien sabe cuantos otros que en este momento me escapan.

Una de las palabras que mas oía yo en mi infancia, y que afortunadamente no existe para la Real Academia de la Lengua ni para muchos otros países de habla hispana, es lo que los cucuteños y colombianos designan como a un ser «vivo». Rara vez en mi vida he visto a alguien considerado como «vivo» no traspasar la ley. Para todos aquellos que desconocen su significado, vivo es aquel que, de manera general, logra obtener una ganancia a expensas de otro que pierde, generalmente aprovechándose de su ignorancia o de su buena fe. Vivo es ese que siempre paga menos en una cuenta cuando los demás pagan más y que cree además que los demás no se dieron cuenta. Vivo es aquel que en una cola de carros pasa por el lado (o debiera decir por encima) de todos por que piensa que la ley es para los demás pero no para él. Vivo es aquel que no paga impuestos por que según él, estos solo son para los ricos y los marranos. Vivo es el clásico pirata que cree que comprando objetos falsos o de contrabando él es más inteligente que los otros tontos que pagan más que él por un original que, según él, es idéntico al pirata. Vivo es aquel que cuando viene a un país desarrollado no paga el tiquete de bus o de metro y se felicita pensando que los nacionales son unos tontos ingenuos por confiar en gente como él.

El vivo, así como el peleador y el deshonesto copión del colegio, es parte de la interminable lista de adjetivos negativos que irónicamente son percibidos como «cualidades» en nuestra pequeña sociedad. Lo triste de todo esto es que ninguno de estos tres fenómenos (ni los otros tantos que por motivos de tiempo y espacio aquí preferí no mencionar) es nuevo. Todavía es común oír entre los dirigentes regionales que «a uno le puede ir bien en la vida sin estudiar». Basta con ver al último Alcalde y al anterior Gobernador para darse cuenta de por qué algunas personas aun consideran valido este argumento.

La historia me ha hecho pensar que los hombres destinados a dirigir las sociedades son siempre sus hijos mas aférrimos. En una sociedad de vivos, es lógico entonces pensar que el más vivo sea el que gobierne y los menos vivos los gobernados. Esto tal vez explica la historia política de Cúcuta y de Colombia en general, y el por qué del diario vivir de la alcaldía, el consejo, la asamblea departamental y el congreso de la república.

La interminable lucha por ver quien es el más vivo tiene por resultado la sociedad en la cual vivimos hoy en día. La ecuación es simple: (Σ Vivos) + Poder = Corrupción. Si agregamos la variable tiempo (T= Numero de años) nuestra ecuación se vuelve más representativa. Con T=200 tenemos la historia nacional. Con T=100, cambiando el nombre de nuestro país por el de una hacienda abandonada del magdalena obtenemos el único libro que nos ha merecido un premio nobel. Con T=O y tendiendo hacia el infinito obtenemos una incógnita que no queremos que se repita más.

Albert Camus describiendo su obra maestra decía que Meursault (El personaje central) era simplemente alguien que no «jugaba el juego, alguien que no podía mentir». Cúcuta no dista mucho del Alger de los años 50 de nuestro increíble Meursault. Alguien que prefiera pagar más que sus amigos no es cortés sino tonto; alguien que paga impuestos por que ha sabido aprovechar la infraestructura más que los otros no es justo sino mendaz; alguien que decida recompensar el esfuerzo y el trabajo de su músico favorito comprando su CD original es un «marrano» y no un individuo leal a los hombres que admira. Alguien que piense así, muy similar a Meursault, deberá afrontar el descontento y el desprecio de una ciudad de vivos.

La evolución de una sociedad de una etapa a otra comienza innegablemente por un cambio radical de sus bases. Mi lado pesimista me dice que ya es algo tarde para pretender cambiar las viejas generaciones, pero jamás es tarde para hacer algo por aquellas que han de venir. El Faro del Norte es un espacio que propuso el dialogo en oposición a la pelea. Como parte de su evolución y construcción ideológica está la proposición de unas nuevas bases que El Faro del Norte no pretende inventar, sino simplemente rescatar del olvido en que se encuentran.

Muchas personas piensan que no sirve de nada cambiar si los demás no cambian. Es este efecto dominó, defendido generalmente por todos aquellos que jamás van a votar pensando que su voto no cambia nada, el que siempre favorece al lado oscuro y el que ha debilitado nuestra democracia a través de los años.

Las historias que les contaré a mis hijos difieren muy poco de las que mi papá me contaba a mí y de las que mi abuelo le habrá contado a él. Este es un llamado para que todos aquellos que luchamos contra los vivos dejemos de ser extranjeros a la sociedad en la que vivimos y reconstruyamos las bases de una sociedad progresista y meritocrática sin valores invertidos. Es un llamado para todos aquellos que como yo, quisieran vivir para ver que las historias que sus hijos les contarán a sus nietos son diferentes a las que yo viví y a las que me contaron. Es un llamado para todos aquellos que sueñan algún día poder decir con orgullo que Macondo solo existe en la imaginación de Garcia Márquez y en un pasado cercano que no se repetirá jamás.
Gerardo Duplat

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Magnifico artículo, realmente nos pone a pensar sobre la forma negativa en que actuamos en nuestra región, y sí, efectivamente, nuestros valores están completamente invertidos. Al igual que el señor Gerardo Duplat considero que es importante empezar a crear una conciencia ciudadana desde las bases y yo seria más optimista, las viejas generaciones podemos cambiar. Solo si los valores tienen la connotación adecuada nuestra región podrá desarrollarse y progresar.

Señores amigos de El Faro del Norte, aportemos ideas para desarrollar estas propuestas que nos están presentando. Debemos pretender ser objetivos para no quedarnos en el solo dialogo.

Anónimo dijo...

Tiene toda la razon, la raiz del problema de Cucuta es la cultura de los ciudadanos.... Por eso la educacion es de vital importancia, no solo hablo de los colegios privados sino sobretodo de los colegios publicos que es donde esta el mayor centro de ignorancia. El punto esta en ingeniarse y articular una estrategia de 'culturizacion' de la sociedad, que llegue a cada uno de los sectores de la ciudad y que tenga un alto grado de aceptacion. Esto es exactamente lo que no existe en Cucuta.

Anónimo dijo...

Me gusta este Blog porque sirve para hablar mal de Cúcuta y resaltar la ineptitud de sus ciudadanos. Los buenos cucuteños no soportan esta ineptitud y por eso estan todos por fuera, aportando lo mejor de si.

Anónimo dijo...

MCGH
EL TEMA ES MUY IMPORTANTE Y VALIDO.PERO LO INTERESANTE ES QUE NOS CUESTIONEMOS NOSOTROS MISMOS Y TAMBIEN NUESTRAS FAMILIAS Y AMIGOS.TODOS EN ALGUN MOMENTO NOS LA TIRAMOS DE VIVOS , Y EN MUCHOS CASOS HEMOS PRETENDIDO OFENDER AL QUE NO LO ES
LO TRISTE ES QUE LAS PERSONAS QUE MAS HAN ESTUDIADO ,QUE MAS HAN TENIDO, ESOS HAN SIDO LOS QUE A LA HORA DE REPRESENTARNOS EN UNA POSICION,TAMBIEN SE LAS TIRARON DE VIVOS DEJANDONOS MAL PARADOS A TODOS .
PERO LO INTERESANTE DEL TEMA ES NO QUEDARNOS EN LO QUE HEMOS SIDO, SINO EN LO QUE QUEREMOS SER Y COMO QUEREMOS VERNOS DENTRO DE 20 AÑOS.
YO , QUIERO TENER UNA CIUDAD Y UN DEPARTAMENTO DESARROLLADO Y PARA ESO DEBEMOS APORTAR TODOS , NO POR FUERA DEL DEPARTAMENTO, ESTO ES MUY COMODO ; SINO TRABAJANDO EN TODOS LAS AREAS QUE MIS CAPACIDADES ME PERMITAN.RESPETANDO A MIS SEMEJANTES Y RECONOCIENDO EN LOS DEMAS Y ADMIRANDO LO QUE YO POR ALGUNA RAZON , NO HE PODIDO HACER, YO LES PROPONDRIA EL TRABAJAR CON PASION POR CUCUTA Y POR COLOMBIA .EN EL MOMENTO QUE TODOS LE PONGAMOS EL PECHO AL TRABAJO Y AL SACRIFICIO, SI AL SACRIFICIO, EN ESE MOMENTO LOGRAREMOS LO QUE DESEAMOS.
QUIERO DECIRLES QUE DURANTE MUCHO TIEMPO , MUCHOS CUCUTEÑOS HAN TRABAJADO HONESTAMENTE POR SU CIUDAD , CON MUCHO SACRIFICIO, SE HAN HECHO COSAS MUY IMPORTANTES EN LA CIUDAD DE LA CUALES DISFRUTAMOS SIN SIQUIERA PERCATARNOS DEL TRABAJO QUE COSTO LOGRARLO.
YO LES PROPONGO SER UN POCO MAS POSITIVOS Y TRABAJAR SOBRE NUESTRAS FORTALEZAS PARA IR DISMINUYENDO NUESTRAS DEBILIDADES SOLO ASI ,LO LOGRAREMOS .
NOSOTROS NO SOMOS PRODUCTO TERMINADO , ES DECIR TODOS PODEMOS CAMBIAR Y MEJORAR HASTE EL ULTIMO DIA DE NUESTRAS VIDAS

Anónimo dijo...

Hablamos de los nortesdantandereanos, pero en realidad la reflexiòn deberìa estar en: ¿Què hago yo para tener una mejor sociedad independientemente del estrato o de mi condiciòn social ò religiosa?? ¿cuàl es el ejemplo que doy dentro de mi entorno familiar??? "TODOS podemos tener rabo de paja" ante la la "viveza" al enfrentar las situaciones cotidianas.... Mi actitud, y el cambio de pensamiento frente "al colectivo" es lo que hace la gran diferencia. Somos TODOS los que tenemos que cambiar...
Y no es basàndonos en los cuentos de nuestros padres ò nuestros abuelos......porque la historia es tambièn es vulnerable.. Es a travès de un cambio aqui y ahora, trabajando YO con honestidad, respetando a mi "compañero", siguiendo las normas de convivencia en sociedad, pagando lo JUSTO a quien me trabaja, por tan solo citar algunos ejemplos. Dejando de juzgar y empezando a aplicar aquello que nos enseñaron en el jardin: no tomar las cosas ajenas, compartir, dedicarse a mostrar las cosas buenas para aplacar las negativas y en definitiva a ser cada vez mejor ser humano.. en beneficio de un mejor futuro, aqui y ahora.

Norma E. Rodriguez C.

Anónimo dijo...

Creo que uno de los grandes problemas de cucuta esta en la educacion. Alguien dijo que el problema cultural de la ciudad radica principalmente en los colegios publicos, creo que lo diferencia una clase social de otra son los valores culturales que se imparten y circulan en la sociedad. Esos valores son los que crean la cultura ciudadana ya que son estos los que convirtiendose en acciones humanas reflejamos en la cotidianidad, entonces, ya el problema no seria de la cultura sino de la educacion en valores, como queremos que la cultura ciudadana de cucuta mejore sino hay un tipo de estrategia en la educacion que desarrolle o fortalezca el comportamiento etico y moral de los cucuteños y sus futuros ciudadanos.

Juan_Diego_GP dijo...

Excelente! un fiel reflejo de lo que es la sociedad Colombiana y demastrado con la Presidencia de ese personaje siniestro como lo es Santos.

Gracias por el articulo.